Contribuyendo al fin del sinhogarismo

TECHÔ: Un sueño que se hace realidad

Los sueños también se convierten en realidad y Blanca Hernández tiene claro el suyo: facilitar viviendas a las personas que se encuentran en situación de sinhogarismo.

Desde que Blanca conoció la labor de Javier García Ugarte en la asociación Mundo Justo, lucha para erradicar la situación de exclusión severa en la que se encuentran infinidad de personas en la actualidad.

Tras muchas horas escuchando la realidad que viven estas personas, Blanca entendió que los horizontes desde los que se entiende el sinhogarismo actual tienen que ampliarse.

El concepto “sinhogar” se relaciona con las personas que pasan las noches al raso. Lo que no se llega a comprender es que una persona que vive en un espacio inseguro, aquellas personas que residen en infraviviendas o las personas que huyen de su país, también son personas sin hogar.

Un hogar es el primer paso para construir una vida. Por ello, Blanca Hernández, junto a su equipo, entendió la necesidad de proporcionar hogares a estas personas para resolver la situación en la que viven actualmente.

Está claro que planear todo esto puede parecer sencillo. Pero convertir el sueño en realidad es lo verdaderamente complicado.

La escasez de pisos que ofrecer, la limitada disponibilidad de viviendas sociales o el hecho de tener que convencer a los propietarios para alquilar sus propiedades, fue el verdadero reto ante esta situación. Pero, como decimos, los sueños también se hacen realidad.

Blanca estaba convencida de que la inversión privada podría ofrecer soluciones sostenibles a los problemas sociales de la actualidad. Y ahí nació techô.

Techô es una SOCIMI que presenta una solución sostenible y escalable a una realidad tan compleja como el sinhogarismo. Para ello, ha creado un ecosistema de colaboradores que aúna a inversores de impacto, profesionales, entidades sociales y residentes. Su modelo está basado en la adquisición de viviendas dispersas en los barrios más necesitados, con el fin de reformarlas y ponerlas a disposición de entidades sociales en condiciones favorables. De este modo, se convertirán en el hogar de cientos de personas en situación de desventaja.

Los residentes en los hogares techô cuentan con apoyo constante de las entidades sociales. Estas organizaciones ofrecen un seguimiento personalizado basado en las necesidades individuales, con un plan de recuperación que busca la mejora en su salud y la integración social económica de los residentes. Con este enfoque, algunos incluso logran alcanzar su independencia. De este modo, techô genera un impacto directo y positivo en nuestra sociedad.

Ahora que el sueño de Blanca Hernández pasó de ser sólo un sueño a ser una realidad, te animamos a unirte a techô. Porque, si confías en techô, estás invirtiendo en personas con nombre y apellidos, en su futuro y en el futuro de la sociedad en su conjunto, resolviendo el actual problema del sinhogarismo.

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