Contribuyendo al fin del sinhogarismo

Techô y el desafío de la vivienda para los migrantes en Almería

Hoy queremos haceros partícipes de la historia que cuenta el periodista Paco Puentes. Para ello os dejamos un breve resumen, parte de la historia que contaba el pasado lunes 18 de marzo en su noticia en “El País”.

“Almería, un lugar en el que conviven dos realidades muy dispares. Al margen de la abundancia que presentan muchas personas, se encuentra un paisaje muy distinto; los asentamientos de Atochares, donde cerca de 4.000 personas buscan sustento en condiciones precarias”.

Abdelkrim, de 35 años, con licenciatura en Geografía y diplomado en Gastronomía, es la voz de muchos migrantes cualificados cuyas aspiraciones han sido quebradas por la dura realidad de los asentamientos. Su viaje ha estado lleno de persistencia y valentía, y ahora, mientras aprende español, anhela un cambio que le permita vivir con la dignidad que merece.

La situación en Níjar refleja una crisis habitacional que se extiende más allá de sus límites geográficos. Los módulos de vivienda, ofrecidos como solución temporal, se presentan con restricciones y promesas a medias. Financiados por la Junta de Andalucía y el Gobierno central, estos alojamientos transitorios permanecen cerrados, rodeados de cuestiones sobre su accesibilidad y futura gestión.

Ante esta situación, desde techô se ofrece una solución. Con la adquisición de propiedades en Níjar, proporcionan alquileres a precios reducidos a organizaciones sociales encargadas de acoger a quienes han vivido en los márgenes de la sociedad. Sin duda, las inversiones de impacto son el reflejo de las soluciones duraderas y colaborativas, que queremos que perduren de cara a la inclusión social.

El director del Servicio Jesuita a migrantes en Almería, Daniel Izuzquiza, defiende que el éxito depende de un esfuerzo colectivo. Por ello, administraciones, empresarios, entidades sociales y ciudadanía deben colaborar para resolver esta situación sin solución. Mientras tanto, Abdelkrim y muchos otros continúan su vida cotidiana, enseñando al mundo una lección de perseverancia y comunidad en las condiciones más adversas.

“La promesa pendiente de una vivienda adecuada no es solo una cuestión de infraestructuras, sino un reflejo de nuestra capacidad colectiva de construir una sociedad más inclusiva y justa para el mundo”.

Gracias Paco, por hacer noticia de realidades que vivimos día a día.

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